Familias en cuidados críticos pediátricos

Familias en cuidados críticos pediátricos

Hace varios meses empecé a trabajar en una terapia intensiva pediátrica. Me ha tocado dar malas noticias en más de una oportunidad y también me ha tocado presenciar momentos maravillosos. Como niños y niñas que en el peor momento de sus vidas estaba todo oscuro y se fueron de alta caminando de la institución.

Amo el trabajo del paciente agudo y crítico, me encanta hacerme cargo de ellos y acompañar a sus familias explicándoles todo lo que necesiten. A su vez dada mi historia personal siento que puedo empatizar por lo que atraviesan.

Sobre este tema quiero escribir. El proceso del niño y niña críticos es un momento que altera toda la conformación familiar. Un mapadre debe quedar a cargo del hogar, trabajando, cuidando a los hermanitos, que preguntan por el que no vuelve al hogar, y otro es el que debe asistir al pequeño/a que permanece internado.

A su vez, a pesar que el criterio de terapia intensiva abierta, es el que se pregona la realidad. Es que en más de una ocasión por diferentes motivos esto aún no se cumple y por último. No nos olvidemos que estamos atravesando una pandemia que puso en jaque los servicios médicos. Y que generó retrocesos con respecto a la permanencia de acompañantes con los pacientes.

En ese contexto las familias sufren y viven las internaciones en unidades de cuidados críticos. Irse al hogar solos, llegar y ver una cama vacía. No sentir el olor del hijo/a, el perfume, no cambiar pañales. O no preparar el postre favorito, esperar un llamado terrorífico que a veces por desgracia llega.

Hay un cuadro clínico que se llama Síndrome post cuidados críticos y afecta al paciente y a las familias y engloba todo esto que vengo relatando.

La importancia es detectarlo y generar las herramientas para poder darle tratamiento, nunca minimizar lo que le ocurre a una persona que tiene un sr querido internado con un proceso severo.

Si tenemos un ser querido que está en esta situación intentemos acompañar.

En mi caso particular me gusta pensar que en esos momentos de desesperación, preparar una comida, comprarles víveres, hacer trámites y por sobre todo respetar los espacios que el otro necesite son la clave para suavizar el peor momento

Hago incapié en lo último, aquellos mapadres que tienen hijos internados talvez no quieran visitas, quieran estar solos y llorar. O por el contrario necesiten estar acompañados, respetar esto es clave.

Mi nombre es Patricio Cascallar, soy pediatra emergentólogo y estoy haciendo mi formación en cuidados críticos pediátricos.

Agradezco a Valeria por la oportunidad de acercarles mis palabras. Espero que les haya servido y gustado esta reflexión.

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Dejanos tu mensaje