Definitivamente el bebé cuando nace necesita de un adulto que lo proteja, que lo cuide y que le garantice la satisfacción de sus necesidades y supervivencia.
A medida que va creciendo va madurando y sus sistemas mas rudimentarios se vuelven mas voluntarios con el correr de los meses. El bebé se desarrolla en constante interacción con otro. Primero será la madre o quien cumpla la función materna quien sea su entorno. Toda ella será quien le aporte contención y apoyo, quine filtre los estímulos que provienen desde afuera y quien satisfaga sus necesidades de alimento, calor, amor y comunicación.
Cuando va madurando comienza a percibir y percibirse como un “otro” con respecto al afuera y es aquí donde ese entorno cumple un papel fundamental para su desarrollo.
Ese entrono primero serán las personas que lo rodean, luego los objetos y más tarde los espacios.
¡¡¡Si!!! El entorno es importante y este puede ser facilitador o entorpecedor para su desarrollo.
Si comenzamos desde el otro podemos decir que una madre/padre atentos a sus necesidades, que satisfagan en forma inmediata sus necesidades y requerimientos, que comiencen progresivamente a presentarle al mundo que lo rodea y sobre todo en los primeros tiempos que sea filtro de estímulos dañinos para el bebé. Serán sin duda acciones que facilitarán que su desarrollo fisiológico, emocional y cognitivo se vaya desarrollando.
Luego aparecerán los objetos que vuelvo a recalcar que es aquí el adulto quien se los presenta, si estos son adecuados y facilitan su manipulación y exploración, el bebé seguirá su evolución aprendiendo, observando, manipulando y desarrollando en esta interacción con los objetos esquemas de acción y redes neuronales que serán base de futuros aprendizajes.
Luego al aparecer la sedestación, el gateo y la marcha aparece en escena el espacio, aquel lugar que lo rodea y al que puede ya acceder con voluntad propia para seguir con su exploración.
Es importante entender que un niño o niña solo no podría desarrollarse en forma integral. Que es al adulto quien debe primero actuar de filtro de ese ambiente y luego ir presentándoselo para que su desarrollo siga creciendo y evolucionando.
Algunas condiciones favorecedoras:
- Respuesta inmediata a sus necesidades y manifestaciones durante los primeros meses.
- Un entorno lleno de afecto que le bride seguridad y confianza.
- Reforzar sus conductas positivas y alentar al descubrimiento.
- Presentarle objetos acordes a la edad y que presenten distintas posibilidades de acción y manipulación.
- Mantener un espacio seguro, alejado de posibles daños durante la exploración.
- Presencia.
- Alentarlo a explorar el espacio, mostrando que estamos ahí si nos necesita.
- Favoreciendo el libre movimiento
- Sosteniendo, abrazando, conteniendo frente a alguna adversidad.
- Alejar el miedo, cercar la confianza.
Un niño o niña que se mueve, que explora que sabe que hay un adulto que lo cuida de cerca, será un niño o niña que crece confiando en él y en su entorno. Somos los adultos cercanos los que debemos cuidar que este entorne sea favorecedor del desarrollo.
María Laura Alonso
Estimuladora Temprana
@contactobylala
dearcos@fibertel.com.ar