Independencia vs autonomía

“Traté de enseñarle a mi hijo muchas cosas y me di cuenta después que él hizo lo que quiso…”

Y así empiezan muchos de los relatos que se suelen escuchar en el consultorio… algunos apesadumbrados y otros con alegría….

¿Por qué hablamos de independencia vs autonomía?

Cuando hablamos de independencia hablamos de la capacidad de hacer las cosas por uno mismo sin depender de los demás. 

Desde que nuestros hijos nacen vamos enseñándoles y propiciando el ambiente para darles distintos niveles de independencia, cuando acompañamos su evolución y empiezan a comer con sus propias manos, con una cuchara, un tenedor… cuando les damos una hoja y un lápiz, y vamos moldeando ese agarre para una mejor prensión y uso… y así con otras tantas cosas, pero… ¿Qué pasa con la decisión de nuestros hijos, qué pasa con sus gustos e intereses, qué pasa con su motivación? 

La autonomía es la palabra que engloba a ese ser independiente que elige libremente; es justamente eso, la capacidad de actuar en libertad, sin depender de los demás eligiendo en base a su esencia.

Criar a un hijo autónomo es criar a un hijo más seguro de sí mismo, un hijo que explora las posibilidades, descubre, se conoce a sí mismo, con poder de elección y decisión.

¿Sus deseos e intereses los decide mamá, papá o su cuidador? ¿Somos nosotros quienes debemos moldear sus gustos o adaptarlos a los nuestros? A veces una difícil decisión, no sucumbir a nuestros propios deseos egoístas. 

Generamos autonomía cuando nos convertimos en observadores, cuando damos opciones y respetamos sus elecciones. 

Generamos autonomía cuando escuchamos sus no.

Generamos autonomía cuando acompañamos y respetamos sus formas de descubrir el mundo.

Uso la palabra generamos, sí, porque somos nosotros los agentes y mediadores quienes damos ese espacio o no lo hacemos, tenemos ese poder en nuestras manos. 

Estamos cerca observando, acompañando y cuidando, y también enseñando… criar un niño libre no significa no enseñar, no significa no poner límites, tampoco implica no contarle nuestras elecciones por miedo a contaminar las suyas… criar a un niño libre implica estar más atentos y conectados, no generar automatizaciones, tener en cuenta su individualidad. 

Poner límites que no coarten su libertad, sino que permitan una mayor implicancia con el medio, que generen noción de cuidado y respeto. 

Como mapadres o cuidadores sería bueno preguntarnos: ¿Qué niños queremos criar, independientes o autónomos?

Lic. Nicolás Herdegen

Psicólogo 

@papa_deacaala_china

nicolasherdegen@hotmail.com

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *