Clases presenciales, ¿si o no?

Docentes, padres, chicos, todos estamos hartos de la pandemia, del zoom, del distanciamiento social.

Los ministros de educación, de CABA, provincia, y Nación se juntan para pensar en la mejor manera de que las clases vuelvan a ser presenciales.

Como dijo hace unas semanas María José Navajas, una de las madres que integra Padres Organizados. “La virtualidad llega a un límite, necesitamos que se garantice el inicio de 2021 con presencialidad“.

La vuelta a clases es tema de discusión, algunos docentes piensan que no es seguro mientras no estén vacunados. Sin embargo, a las mesas en bares y restaurantes en la vereda se sumaron mesas en el interior de diferentes locales gastronómicos, se habilitaron deportes grupales y colonias de vacaciones, y hasta reabrió el Hipódromo de Palermo y el Casino de Puerto Madero. Qué paradoja, ¿no?

¿Qué dicen los expertos?

La gran mayoría de los expertos, médicos infectólogos, pediatras, psicólogos que son consultados diariamente afirman el cierre de las escuelas cuando hay picos de contagios es realmente positivo porque se logra bajar el número de infectados. Pero luego hay que reabrirlas, ya que en ninguna parte del mundo la escuela ha demostrado ser foco de contagio, y mucho menos los niveles inicial y primario.

Es decir que los colegios no son foco de transmisión y que es mucho más probable que cualquiera de nosotros se contagie en algún otro espacio: centros comerciales, bares y restaurantes, reuniones en lugares cerrados, etc.

Entonces…

¿Cuál es la discusión real? Parece que todos estamos de acuerdo en que la presencialidad es indispensable porque a la escuela no sólo se va a aprender contenido, lo cuál es hoy casi obsoleto…se encuentra a un “click” de cada uno de nosotros.

Los docentes no están en el aula como meros transmisores de conocimiento, están para enseñar hábitos y rutinas (¿por qué no de higiene y cuidado ante el Covid?), están para acompañar a los niños en el proceso de sociabilización, para fomentar autonomía y una mentalidad de crecimiento, para ayudarlos a desarrollar destrezas y habilidades como el pensamiento crítico y creativo, y también para trabajar la inteligencia emocional así tanto niños como adolescentes aprenden a regular y gestionar sus emociones.

Sin clases, sólo estaremos colaborando a que la brecha entre los ricos y los pobres sea cada vez mayor. Y ya hay informes que muestran una gran cantidad de niños y adolescentes que este año no volverán al colegio. ¿Qué futuro le espera a esta generación?

Yo me pregunto: ¿hay lugar a la discusión sobre presencialidad si o presencialidad no?

Por supuesto, no debemos descartar la virtualidad, porque es muy rica si se la sabe aprovechar, y poder tener un sistema mixto (“blended learning”, como se lo llama en países donde esto ya ocurre) va a ser muy interesante en el futuro; pero la mayoría de los colegios en Argentina aún no están preparados para esto, hay mucho trabajo por hacer y muchos docentes por formar.

Hoy por hoy, la presencialidad es un derecho y una obligación que no se puede desatender.

Prof. Y Magíster Patricia Chujman

Lic. Belinda Tancredi, psicóloga

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