Es en un lugar donde lo real y lo imaginario conviven, este fenómeno surge en la infancia. Se trata de un personaje invisible para todos, pero no para el niño/a, aunque a veces ese amigo imaginario está puesto en algún muñeco o peluche, para lo cual eso pasaría a ser un objeto personificado.
Según distintos autores que han investigado sobre el tema, el amigo imaginario oscila entre los 2 y 7 años, a veces estos infantes en la pubertad suelen recordarlos.
Ese amiguito invisible puede ser de distinta naturaleza, como un superhéroe, hadas, personaje inventado etc., teniendo nombre propio y rasgos definidos. Este fenómeno se puede presentar en mayor probabilidad en hijos únicos, entendiendo que al encontrarse rodeados del mundo adulto es una solución a la hora de jugar, por eso es importante que desde pequeños los niños puedan estar con sus pares y su entorno para que también aprendan a compartir y a socializar, ya sea en un jardín maternal o jardín de infantes.
Este amigo imaginario está asociado a una alta sensibilidad pero si hay que tener en cuenta si el desempeño diario está afectado o si presentan actitudes violentas.
Lo más probable que en la edad adulta sean más creativos, y se acerquen al arte o la poesía.
Este amigo cumple una función de trasmisión de sentimientos en un momento de su etapa evolutiva donde estos no pueden ser expresados, tanto sentimientos positivos como negativos. Estos pequeños añoran mucho la amistad ya que suelen sentirse solos.
Dar la posibilidad de un seguimiento profesional tanto desde una intervención psicopedagógica como una psicoterapia sería lo más beneficioso.
Lic. Moral María Cecilia
Fuente imagen: En Familia


					
					
					
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