Alimentación autorregulado y método Baby lead Weaning

En los últimos años diversas Sociedades Internacionales han aunado criterios con el fin de actualizar los ejes o pautas principales dirigidas al proceso de la alimentación complementaria

El término alimentación complementaria, se refiere al momento de transición de la alimentación líquida con leche materna o fórmula a la alimentación semisólida o sólida. Es justamente este momento que la Organización Mundial de la Salud recomienda que se produzca a partir de los 6 meses, siempre que el bebé presente ciertas pautas madurativas que lo indiquen como oportuno, tales como: la desaparición del reflejo de extrusión (volcar con la lengua los alimentos hacia afuera), mantenimiento de la postura de sedestación (estar sentado) estable , mostrar cierto interés por la comida, acompañado con la maduración evolutiva de su sistema psico y neuromotor.

El término “Alimentación Autorregulada por el bebé”, nos sugiere un cambio en el paradigma habitual de “conducta impuesta” por el adulto al momento de ofrecer los primeros alimentos. Nos traslada a la situación de colocar al bebé como “protagonista” de su propia alimentación en cuanto a cantidad (el bebé regula la cantidad de alimentos que consume), no así la “calidad”, ya que ésta dependerá de la información y los conocimientos sobre alimentación adecuada que posea la familia al momento de incorporarla.

El marco físico-afectivo es muy importante para desarrollar las habilidades relacionadas con la alimentación y fomentar la autorregulación del hambre-saciedad. Obligar, presionar o premiar son estrategias que interfieren con la percepción del niño de su propia saciedad y pueden aumentar el riesgo de sobrepeso, de problemas en relación con la comida y de escasa variedad a la hora de comer, en contraste con lo esperado. Estas estrategias están desaconsejadas, así como ofrecer comida o alimentos tanto a bebés como a niñxs más grandes como consuelo emocional y como “premio” o “castigo”.

La filosofía que debería estar detrás de cómo ofrecer los alimentos es la de la “Alimentación Perceptiva”, que tiene como pauta principal, interpretar las claves o mensajes que el lactante transmite a la hora de comer y que hace que finalmente adecuemos la forma de alimentación, individualizada, a cada bebé. Tradicionalmente el método más usado ha sido una introducción progresiva de las texturas, aunque más recientemente algunas madres y padres emplean otros métodos. En realidad, ningún método respetuoso con el bebé es mejor que otro.

El método “Baby Lead Weaning” ( BLW ), es una forma de ofrecer la alimentación complementaria, en la que al bebé se le permite “dirigir” el proceso desde el principio.

A partir de las recomendaciones de la OMS en el año 2002 de iniciar la Alimentación Complementaria a los 6 meses, padres y profesionales comienzan a cuestionar la necesidad de los triturados o papillas. Pese a tener un origen empírico, hay cada vez más trabajos metodológicamente serios que han estudiado su aplicabilidad, riesgos y resultados a medio y largo plazo.

El BLW se ha estudiado en niños nacidos a término, sanos y con un desarrollo psicomotor normal, tanto alimentados con leche materna como con lactancia artificial. Con la información y precaución adecuadas, la mayoría de las familias pueden practicar BLW de forma segura y eficaz. En niños prematuros se podría valorar individualmente, pero siempre atendiendo a la edad corregida de 6 meses. Cabe aclarar que dicho método no es aconsejado en su implementación para bebés con trastornos neurológicos o del neurodesarrollo.

Con respecto a la alimentación complementaria tradicional, la introducción de sólidos siguiendo los principios del BLW podría aportar algunas ventajas, pero también son posibles algunos inconvenientes. Cuando el BLW se analiza en contextos en los que los padres han recibido una información básica, no se han encontrado diferencias en estado nutricional, ingesta de hierro o atragantamientos. Hasta la fecha existen pocos datos sobre el efecto a largo plazo (obesidad, alteración del comportamiento alimentario, etc.) de este método de alimentación. No obstante, todavía faltan estudios que puedan ayudar a comprender mejor el proceso de la alimentación complementaria y cuál es la forma idónea de llevarla a cabo. Hoy en día, lo ideal es transmitir a los padres lo que sí se sabe y que cada familia dentro de sus preferencias y contextos pueda decidir cómo comenzar esta etapa de exploración y nuevas experiencias.

Cabe aclarar que la intervención de un equipo de salud interdisciplinario especializado en primera infancia (pediatra, nutricionista, terapista ocupacional o estimulación temprana y psicología infantil en el caso que fueran necesarios), en esta y las siguientes etapas que el bebé y el niño o niña vayan transitando desde los inicios de su alimentación, se considera un apoyo fundamental, a fin de lograr un adaptación efectiva y positiva en lo referente a los cambios alimentarios, procesos y aprendizajes hacia el bienestar del niño y su entorno familiar.

Lic. Mariana L. Pérez

@mp_nutricionsaludable

mpnutricionsaludable@gmail.com

Fuente Imagen: Menudos Peques

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