Su impacto en el desempeño ocupacional y puntos clave a saber
El ACV es una alteración de la circulación cerebral que compromete la llegada de sangre al cerebro.
Es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos a nivel mundial.
¿Cómo el ACV impacta en la vida de una persona?
El daño en las estructuras y funciones corporales producto de un ACV puede generar, en muchos casos, un gran impacto en la vida de la persona y una disrupción en todas las áreas de ocupación. Es decir, puede afectar el funcionamiento en las actividades cotidianas como alimentarse, vestirse y bañarse, hasta aquellas más complejas como trabajar y movilizarse en la comunidad.
¿Cuáles son los puntos clave a saber sobre el ACV?
Principalmente, es necesario saber cómo detectarlo. Los siguientes signos y síntomas podrían indicar que una persona está sufriendo un ACV.
- Se “cae” un lado de la cara.
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo.
- Problemas de expresión o de entendimiento.
- Alteración de la visión.
- Dolor de cabeza inusual.
Ante esta situación se deberá pedirle a la persona:
- Que sonría.
- Que levante los brazos.
- Que responda a alguna pregunta.
Si no puede responder ante estas órdenes o los comportamientos no son “normales,” deberá recibir atención médica inmediata.
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¿Cómo prevenir un ACV?
El 90% de los casos de ACV se relaciona con factores de riesgo modificables como la hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado, ingesta de alcohol, tabaco, baja actividad física, entre otros. Por lo tanto, la adopción de hábitos saludables puede contribuir a la prevención del ACV. Llevar una alimentación saludable, realizar actividad física con regularidad y realizar controles médicos frecuentes son algunas medidas de prevención.
¿Cómo la Terapia Ocupacional puede ayudar a una persona que ha sufrido un ACV?
La Terapia Ocupacional (TO) es una profesión sociosanitaria que contribuye a la recuperación de las personas que han sufrido un ACV. El proceso de atención comienza con una evaluación integral de la persona, así como de su desempeño ocupacional. Además, se realiza una evaluación del entorno físico y social con el fin identificar barreras y apoyos para la participación.

La TO interviene desde la fase aguda de la enfermedad con el objetivo de aumentar la participación e independencia ocupacional de manera progresiva. Algunos objetivos específicos comprenden prevenir deformidades y lesiones musculoesqueléticas, incrementar la movilidad funcional y mejorar el control de la postura, así como las habilidades sensoperceptuales y cognitivas.
Las intervenciones más frecuentes incluyen la estimulación motora y sensitiva, la confección de férulas para la prevención de deformidades, la rehabilitación cognitiva. Como, la provisión de productos de apoyo para la autonomía personal y el asesoramiento y acompañamiento familiar durante todo el proceso de rehabilitación.
Derechos de autor: Melani D ‘Ambrosio
Nota escrita en exclusiva para «Revista Somos Infancia.

Lic. en terapia ocupacional
melanindambrosio@gmail.com
Fuente imagen: https://www.goodhope.org.pe/

