La pérdida es una experiencia que transitamos todas las personas a lo largo de nuestra vida. Desde pérdidas materiales, vinculares o incluso cambios de etapas vitales, que nos pueden generar un impacto emocional profundo.Hoy: Las pérdidas y la validación.
Cuando una persona atraviesa una pérdida, ya sea una muerte, una ruptura o tomas de decisiones que implican perder algo para obtener nuevas, suele aparecer emociones complejas como la tristeza, confusión, miedo e incluso la culpa. En esos momentos la validación juega un papel importante. Validar no significa “resolver” el dolor, ni minimizarlo, sino reconocerlo como una parte genuina y significativa de la experiencia humana.Es legitimar cada uno de los sentimientos que surgen ante una pérdida, aceptar que son dignos de expresar.
¿Cuántas veces sin darnos cuentas invalidamos a otro? ¿O queremos sacarlo de ese dolor? Muchas veces ya desde pequeños nos han inculcado el “hay que seguir”, “no es para tanto”, “ya se te va a pasar”, básicamente porque no nos han enseñado a vivenciar el dolor, como algo que nos viene a enseñar nuestro poder de resiliencia.
La validación y la empatía van juntas de la mano, poder sentir lo que al otro le pasa con esa pérdida me permite validar sus procesos y los míos.
Validar las pérdidas es entender y acompañar, incluso desde el silencio empático los tiempos que cada persona necesita para transitar. No hay un lapso determinado, ni una manera en la que se supone que elaboramos una pérdida, siempre va depender de cada persona, sus vivencias y maneras de como en su vida ha ido enfrentando las diferentes pérdidas.El acompañamiento profesional puede brindar el espacio propicio para vivenciarlo, brindando un espacio seguro, empático y libre de juzgamiento. Para que la persona pueda iniciar el camino al autoconocimiento de su ser, adquiriendo herramientas que le permitan elaborar la pérdida por la que está pasando y las futuras.
Derechos de autor: Clr Oser Adriana
Consultora Psicológica
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