¿Y a vos quien te sostiene?

Te vi sentada al lado mío en el colectivo, estaba lleno de gente.

Ibas con tu bebe, tratando de “sostener” ese viaje, ese calor, esa gente, ese tiempo interminable.

Justo cuando estoy por bajarme y abandonar esa escena, veo que tu bebe se pone a llorar desconsoladamente, intentas con todo tu amor calmarlo, consolar esa angustia infinita que no lograbas comprender.

Pensaba, ¿había que comprender algo?  O solo estar, acompañar, sostener, ser, mimar, abrazar, sentir.

A los minutos comenzas a llorar como si vos fueras también un bebe, no pude quitarme esa imagen de mi mente, verlos llorar juntos, hasta podría decir que vos mas que el, lo abrazabas, le decías que se calme, sentí que las miradas externas te molestaban, te pesaban, parecía que necesitabas entender lago, que no tenia explicación alguna, que necesitabas apagar un llanto, que no podía silenciarse, y de hecho no habría porque hacerlo, que necesitabas comprender que quería tu hijo y que vos creías no poder hacerlo, no ser capaz al menos en ese momento, no tener herramientas, no ser fuerte, no poder, estar cansada, no tener a nadie allí que te tienda una mano.

Me encuentro con dos personas vulnerables, chiquititas;  que una trataba de proteger a la otra y sentía muy fuertemente que nada bastaba, pero me preguntaba ¿que es lo que no bastaba? ¿Que mas podría haber hecho? ¿Había algo para hacer? Solo estaba llorando, estaba expresándose de la única manera que le es posible a un bebe de pocos meses, en un lugar lleno de desconocidos, con calor, sin poder moverse quizá como quisiera, quizá con hambre, sueño, temor, ganas de estar en su casa, y tantas posibles hipótesis.

Pero ¿que te pasaba a vos? Eso es lo que intente imaginarme.

A vos, madre, puérpera, mujer, ser humano, aquel cuerpo habitado hoy por otro ser humano, aquellos brazos que tanto te necesitaban, cansada, ¿tenias sostén? ¿Contabas con una red que te ayude? ¿Que te sostenga a vos?  Que a vos te abrace cuando lloras, cuando sentís que el mundo se derrumba y vos caes con el, cuando sentís que no podes seguir, cuando te vas cayendo en pedazos del agotamiento que llevas, y aun así seguís, porque sabes que alguien muy pequeño, muy indefenso depende por completo de vos, de tu cuerpo, de tu alimento, de tus decisiones, de tus elecciones,  de tus besos, de tu aroma, de calor, de tu contención, de tus mimos, de tu todo.

Me estaba por bajar, pero me quede con ganas de abrazarte, de decirte que no estas sola, que estaba allí si necesitabas algo, que vos podes, que sos enormemente fuerte aunque en ese instante no lo sintieses así, que, vos también necesitas de otros, y que sos muy valiosa, muy bella. A la distancia pensé que secaba tus lagrimas, y que tu bebe ya podía descansar tranquilo sobre tu pecho, sin angustia, sin temor, que si bien momentos de desborde existen y existirán muchos, vas a encontrar dentro tuyo, recursos y muchas herramientas para poder atravesarlos de una mejo manera.

Valeria Bronstain

Consultora Psicológica / Counselor

Adultos, parejas, familias.

15-67174759

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