Vínculo Temprano

El vínculo temprano está formado por la díada madre-bebé, a partir del encuentro y unión establecida entre ellos durante el primer año de vida. Madre e hijo constituyen una díada interactuante e indivisible, una unidad relacional, en la que no puede pensarse al bebé sin su madre, ni a la madre sin su bebé.

Varios expertos del psicoanálisis han aportado su teoría y explicación de lo que significa e implica el vínculo, por ejemplo: para Freud, el recién nacido sólo podrá sobrevivir, debido a su estado de indefensión, si tiene quien responda a sus necesidades básicas. Para W. Bion, médico y psicoanalista británico, el vínculo es la expresión del mecanismo de identificación proyectiva, desde el niño hacia su madre, como de la madre al niño. Considera que las experiencias emocionales siempre son un vínculo entre dos personas y van conformando el aparato mental del bebe. Según Winnicott, para el niño es un proceso que parte de la dependencia absoluta, pasando luego por un periodo de dependencia relativa hasta llegar a la independencia. Para Pichóne Riviere los vínculos son la manera de relacionarse con otro, creando una estructura que va a surgir de la interacción, la relación de objeto está constituida por una estructura dinámica, inmersa en procesos de comunicación y aprendizaje.

Los vínculos que se crean en la primera infancia son esenciales en la construcción de nuestro desarrollo emocional. Un vínculo sano garantiza relaciones futuras de confianza y mayor seguridad en uno mismo, para eso es fundamental que el niño/a vivencie sentimientos de seguridad, afecto y tranquilidad. Este vínculo temprano es el cimiento, la base, comienza en la vida intrauterina y se va construyendo a través de las interacciones madre e hijo para el posterior desarrollo del niño.

El desarrollo emocional del niño, depende de la existencia de un ambiente facilitador, es decir, cuidados maternos ´suficientemente buenos´ para que el niño pueda desarrollar su potencial maduración”. (Winnicott D. 1971)

La primera infancia, es sin duda, la más importante del ser humano donde se sientan las bases de todo el desarrollo posterior del sujeto, en interacción con el ambiente. Los niño/as aprenden más rápidamente en estos primeros años que lo que aprenderán el resto de sus vidas. Aprenden de las personas que están a su alrededor, su familia primaria, cuidadores cercanos. Son sociales y su atención está puesta en los adultos, quienes consciente o inconscientemente le muestran el mundo.

Los primeros 3 años de vida más que nunca necesitan:

  • Experiencias positivas
  • Que respondan a sus necesidades
  • Afecto y cuidado
  • Apego positivo
  • Respeto
  • Explorar y jugar
  • Vincularse

Referencias:

  • Winnicott, D.; (1993). Los procesos de maduración y el ambiente facilitador: Estudios para una teoría del desarrollo emocional. Buenos Aires: Paidós.
  • Guerra, V.; (2000). Sobre los vínculos padres-hijos en el fin de siglo y las posibles repercusiones en el desarrollo del niño.

Lic. Mariana Yanina Daus

Especialista en Intervención y Estimulación Temprana.

Diplomada en Enfermería neonatal.

Formada en desarrollo infantil y vínculo temprano.

Docente de nivel medio y superior.

IG: @lic.mariandaus

FB: Marian Daus

fuente imagen: Inspirulina.com

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