Les cuento que suelo estar muy atenta para captar de mi entorno la información que surge de manera repetida, como si fuera un mensaje. Entonces voy recopilando pequeñas señales y luego reflexiono sobre la información que viene a dejarme. Para que me conozcan un poquito más…
Esta semana en varios encuentros surgió la pregunta que titula esta publicación y reconozco que me vi tentada a responderla rápidamente, pero sentí que merecía reflexionar un poco más.
Lo primero que vino a mí fue mi historia, mis cambios de carrera, laborales, gustos y las tomas de decisiones que me llevaron hasta aquí. Entonces sentí que había muchas cosas que me apasionaban, pero, ¿Eso le daban el carácter de vocación?
Comencé a hacer pequeñas distinciones entre términos…
Pasión: Sensación intensa y de corta duración que nos impulsa a hacer algo pudiendo nublar o anular nuestra razón.
Vocación: Llamado interno a desempeñar cierta tarea o a vivir de cierta forma.
Propósito: Objetivo a alcanzar.
Teniendo en cuenta esto, me elaboré un ejemplo: una emprendedora, madre y que ama hacer cosas dulces tiene tres pasiones. Como me pareció apresurado aún le agregué 3 condiciones más para verificar mi reflexión.
- Amar lo que se hace
- Buscar herramientas para mejorar nuestro desempeño en eso
- Aportar al mundo
Entonces me atrevo a decir que, si disfrutas con todo tu ser eso que haces y te saca una sonrisa cada vez que lo pensas, te apasiona buscar más información sobre eso para ponerlo en práctica con lo mejor de vos formando parte de tu estilo de vida y encima lo podés compartir generando un bien a otros, ahí si te digo: ¡Encontraste tu vocación!
¿Son más de una? Entonces es sí la respuesta, existen varias vocaciones.
Encontré en una canción de mi adolescencia una frase que encajaría perfecto con mi definición de vocación, la comparto:
“Y ahora solo un camino he de caminar, cualquier camino que tenga corazón”
Vos, ¿Tenes una sola vocación?
Rita Dalzin
Coach ontológico y vocacional
@coachingparapoder
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