No nos callamos más!

Hoy: No nos callamos más!

Las mujeres sufrimos violencia en absolutamente todos los ámbitos donde desarrollamos nuestra vida. En el hogar, en el trabajo, cuando atendemos nuestra salud, cuando queremos acceder al servicio de justicia, cuando queremos ser representantes políticas. No importa en qué área queramos observar la violencia por el hecho de ser mujeres está ahí. Titulamos a esta nota: No, nos callamos más.

Por ello hablamos de una violencia estructural que es responsabilidad de cada una de las personas, si es social.

Pensemos en el Mundial de fútbol masculino que se está desarrollando; un gol que no entra, un jugador que falla y ¿ de quien es la culpa?. De la pareja MUJER de ese jugador… vayamos más lejos en la observación:

¿A quien se le achaca el mote de “mufar” el mundial?

A las mujeres que están haciendo historia relatando por primera vez un partido en la copa del mundo. Y la lista continúa hasta el infinito.

Cuando llegan las efemérides como el 25N o el 8M, me suelen preguntar ¿Qué es lo que ocurre que las estadísticas de femicidios no bajan?.

La respuesta es sencilla de decir, aunque muy dolorosa de comprender: no importa la vida de las mujeres y disidencias.

Mantener el status quo con una muerta al día, con mujeres golpeadas que no se animan a denunciar. Con compañeras de trabajo que cobran menos que sus pares varones. Con dirigentes políticas cuestionadas por su capacidad intelectual, con jóvenes menospreciadas en becas de estudio todo por ser mujeres. Mantenerlo así, bien quieto es lo que se quiere.

Ningún privilegiado quiere dejar sus privilegios para que los y las demás tengan derechos. Se necesitan leyes de cupo para que nos den el lugar: cupo en legislaturas, cupos en los trabajos, cupos en sindicatos, cupos en shows musicales. Ni así quieren repartir la torta.

Es tan desalentador estar levantando la mano hace siglos sin que se nos escuche y valore como corresponde por el simple hecho de ser personas. Constantemente debemos demostrar que nuestro conocimiento es válido, que sabemos lo que decimos, que nuestras ideas son propias, que nuestras vidas merecen ser vividas sin violencias. Es agotador.

Pero en la desesperanza, lo único que nos salva son las redes. Esas redes, son de mujeres y disidencias. Que nos felicitamos los logros, que hacemos escalón para que la otra suba, que militamos las leyes de las que ya no están. Que gritamos los nombres de aquellas cuya vida les fue arrancada.

Nosotras nos tenemos, para siempre.

Florencia Rojo

Abogada

Mat 10.260 CAER

Fuente imagen: Diario Rio Negro

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