La mala prensa de los límites

Así como el jardinero poda la planta y no siente ni culpa ni dolor, desarrollar el hábito de fijar límites con firmeza y seguridad es un elemento necesario para nuestra salud mental”.

El límite no limita; el límite libera. Abre un espacio de conversación y confianza.

Desde donde puedo reconocer mis valores y actuar en coherencia a ellos.

Enseñar a otro (a los hijos en este caso) a decir No, no me gusta, no quiero, esto me hace sentir mal, es algo que comienza con uno mismo, con el conocer cuáles son aquellas cosas que quiero y cuáles no.

Cuando sé qué puedo o qué no puedo, me resulta más fácil ponerle límites al otro. Aquellos que tienen dificultades para decirle que “no” a alguien, en el fondo, también la tienen para decírselo primero a sí mismos.

¿Cómo establecer límites sanos?

Escuchando lo que sentimos y expresando lo que nos pasa, así estaremos actuando en consecuencia. Así podemos decirle al otro que el “no porque no”, es en realidad porque me lastima, porque no sé, porque no puedo, porque transgrede lo que para mí está dentro de lo correcto (siempre desde mí y no desde una verdad absoluta).

Es hacernos cargo de lo que necesitamos y queremos. Así estaremos enseñando a nuestros hijos a que también lo hagan, a que aprendan a verbalizar sus sentimientos y necesidades.

La mala prensa del límite comienza en la no aceptación y en la búsqueda de querer agradar, de tener todas las respuestas; pero es un acto de amor, de cuidado para conmigo y hacia el otro.

Ten presente que el Amor empieza en uno, si no te incluyes, no es Amor.

Dani Gallo Coach

Coach Ontológico Profesional (ICF)

Especialización Coaching Vocacional

Diplomatura en Educación Emocional

Whatsapp 34080675231

@danig_coach

Fuente Imagen: Andar por casa

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