La Pandemia puso al sistema educativo en jaque (mate)

Hace ya varios años que el sistema educativo necesita cambios.

Es común escuchar comentarios de todo tipo de personas y profesionales que opinan que la educación es obsoleta y que la manera en que los niños son educados no los ayuda a desenvolverse en el mundo de hoy.

Y ni hablar del mundo de hoy en pandemia, ¿no? Los programas tienen un exceso de contenidos y muy poco tiempo para abordarlos.

Y ahora los estudiantes van en burbujas al colegio, los docentes deben repetir las clases, enseñar el mismo contenido 2 veces, y así se hace más complicado completar la lista interminable de contenidos que tiene que dar de acuerdo al currículum preestablecido.

Pero, ¿Qué pasa con estos contenidos? En general, no tienen relación con la vida real de los alumnos, lo cual resulta una gran desmotivación para ellos.

¡Es necesario INNOVAR!

Según Peter Drucker (1990-2005), “Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos.

Para innovar, necesitamos disponer de docentes capaces de entender que la educación tal como está hoy, es inviable. Sabemos que el aprendizaje ocurre en el cerebro, pero no sabemos absolutamente nada del funcionamiento del cerebro. Entender cómo aprende el cerebro, es la innovación que estamos necesitando.

Este aporte nos llega gracias a la neuro educación que se basa en la selección de los métodos de enseñanza-aprendizaje.

Y el diseño de los procesos que favorezcan esos aprendizajes.

La neuro educación es una nueva forma de mirar la educación. Queda claro, que la educación tal como la vemos hoy no estaría funcionando. El fracaso escolar existe y es un hecho innegable.

Los alumnos que se aburren y que no encuentran el sentido a ir al colegio son más que los que van al colegio con ganas de aprender.

 La neuroeducación es un intento de mejorar y potenciar tanto los procesos de aprendizaje y memoria de los estudiantes.

Como los de enseñanza por parte de los educadores.

Como dice María Acaso en su libro “REDUvolution”, hay tres cosas fundamentales: “devolverle el placer a las aulas”, una necesidad de cambio metodológico.

Y de un cambio más radical aún, salir de un sistema basado en la evaluación y entrar en uno basado en el aprendizaje para la vida real.

Por todo esto pienso, que teniendo en cuenta cómo aprende el cerebro y sus principales funciones ejecutivas (planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas).

Los docentes estaríamos en condiciones de modificar nuestras prácticas para beneficiar a nuestros alumnos y que ellos logren:
⦁ automotivarse y autorregularse

⦁ aprender a aprender

⦁ ser autónomos y creativos

⦁ resolver problemas reales.

Las aulas no pueden ser las que nosotros conocemos, deben ser lugares de debate, de trabajo cooperativo y colaborativo, un lugar donde se pueda hablar de cómo nos sentimos y donde nuestras emociones tengan un lugar importante.

Las paredes del aula deben ser derribadas porque el aprendizaje hoy es UBICUO (aprendemos en todos lados) y por sobre todo con el estudiante como protagonista de su propio proceso de aprendizaje.

El cambio está en marcha…¿te sumás?

Prof. Y Magíster Patricia Chujman
Lic. Belinda Tancredi, psicóloga

@aprendizajeybienestar
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Fuente imagen: La vanguardia

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