Emociones en los niños, enseñar a gestionarlas

Las emociones son un impulso para la acción, surgen mediante la aparición de un estímulo que nos despierta alguna emoción. Estas no se pueden elegir, son casi instantáneas y dependen de la evaluación que haga nuestro cerebro instintivo emocional de la situación.

En los niños y niñas, las emociones tienen una relación con su etapa madurativa. Porque van haciendo esa evaluación con los elementos que tienen. Si se encuentran, por ejemplo, en la etapa del animismo (dar vida a los objetos) pueden creer realmente en los monstruos, si están en la etapa en donde la fantasía es tan real como la vida misma, una bruja puede esperarlos a la vuelta de la esquina.

Por eso, como adultos referentes, debemos entender estos miedos y ayudar a transitarlos y a superarlos.

Debemos ser cautos a la hora de juzgar esa emoción porque si la desvalorizamos estamos mostrándole que lo que siente no tiene importancia para nosotros y eso puede hacer que en situaciones futuras guarden sus emociones.

Y lo que no se dice, se guarda y el cuerpo es el receptor de esos silencios y pueden aparecer somatizaciones.

Existen 6 emociones básicas: Alegría- miedo- tristeza- asombro- aversión- ira

(Una excelente película para ver en familia es Intensamente).

Estas emociones son innatas y surgen de determinada situación que se presenta.

Tomaré a cada una y detallaré algunas sugerencias para ayudar a gestionarlas ya que tenemos que tener claro que el equilibrio es siempre la mejor opción.

Todas las emociones son buenas. Debemos prestar especial atención a decir frases como: ¡¡¡No te enojes!!! ¡¡No tengas miedo!! Tenés que estar siempre contento!!!

Desde chicos vamos escuchando estas frases que nos van condicionando y después tendemos a reconocer a las emociones como buenas o malas y no es así. Todas las emociones son necesarias para la vida, primero porque nos han garantizado la supervivencia por miles de años y segundo porque de esto se trata la vida de aprender a gestionarnos, autocontrolarnos, frente a los momentos felices y los mas difíciles y en esta enseñanza podemos hacer la diferencia como padres en formar niños y niñas autónomos y confiados en sus habilidades y posibilidades.

¿Qué enseñamos? Enseñamos que las emociones son todas buenas y necesarias.

Enseñamos a valorarlas y a reconocerlas.

Enseñamos herramientas para que ellos puedan, a medida que van creciendo y madurando autogestionarlas cuando se encuentren en situaciones diversas.

ALEGRÍA: Es una de las emociones más preciadas, todos tenemos que estar alegres, agradecidos y felices casi todo el tiempo. Sobre todo se le exige esto a los niños porque no tienen preocupaciones. Pero esto no es así. Si se les rompe un juguete sienten tristeza, si se pelean con un amigo se enojan, si no le damos lo que quieren también.

Identificar esa emoción, relacionarla en el cuerpo , buscarle un lugar, ponerle un color, acompañar el disfrute y valorar cuando esa emoción esa energía decae ( esto es necesario para el equilibrio). Hablar luego de este estado, acerca de lo que nos provocó tanta alegría, escuchar.

MIEDO: Como bien dije antes el miedo está relacionado a veces, con las etapas por las que va atravesando un niño o niña por eso es importante una vez más, acompañar esta emoción. Hablarla, ponerle palabras al miedo y arrojarle luz. Los adultos podemos, mediante preguntas abiertas arrojar luz en esa oscuridad que hay entre la fantasía, los pensamientos y la realidad.

TRISTEZA: La tristeza es necesaria para valorar aún mas la alegría. No hay que tenerle miedo a la tristeza, hay que escucharla, porque nos desafía a sacar dentro nuestro, la fuerza para superarla. Siendo adultos sabemos que superar la tristeza es una decisión y que a veces es necesaria ayuda profesional si no podemos, pero siempre de base hay que tomar una decisión. Reconocer en los niños la tristeza, sirve para brindarles herramientas para sentirse mejor. Un abrazo sana, escuchar sana, mostrarle qué podemos hacer cuando nos sentimos tristes son herramientas que les servirán para sobrellevar una angustia cuando no estemos cerca: A veces al hablar la tristeza se hace más chiquita.

ASOMBRO: La sorpresa es un shock de alegría, nos sentimos tan entusiasmados cuando algo lindo nos pasa y les pasa de repente que vale la pena disfrutar plenamente y sin culpas de las sorpresas y darles importancia. Las sorpresas no son solo materiales. Para un niño o niña una sorpresa puede ser una cartita de mamá y/o papá en la cartuchera, una cena en el living, una pijamada en familia. Disfrutar de eso y generar esas situaciones les ayudará a darle valor y a alegrarse por pequeñas cosas que serán las que impactan afectivamente y dejan una huella. Muchas veces como padres les planificamos todo. Alimentar la espontaneidad de ver que pasa es una buena estrategia para todos

AVERSIÓN: Esta emoción está como mal vista y esta bueno reconocerla para valorar los gustos, y las elecciones futuras. Balancear los sí y los no. Es necesario que haya un equilibrio donde los no me gusta no sean superiores a los sí me gusta. Y que estas decisiones no impidan conocer cosas nuevas. Hay que seguir ofreciendo la alternativa que no gustó para darle lugar a que alguna vez pueda formar parte de su vida.

IRA: El enojo es la emoción que mas se relaciona con una conducta disruptiva en niños y niñas. Y claro, cuesta manejar correctamente esa energía que nos produce una injusticia, un enojo. Esa sensación física de puños duros, latidos acelerados, respiración más corta, la sangre que bulle más. Todo esto y mas sucede en nuestro cuerpo.

Por eso podemos ofrecer variantes para manejar esta emoción y las sensaciones físicas que todos sentimos cuando estamos enojados. Algunas alternativas: respirar, buscar un espacio de tranquilidad, recostarse y permanecer ahí hasta que nuestro cuerpo recupere el equilibrio (lleva un tiempo, es la emoción que mas cuesta regular), ofrecerles objetos de descarga, un almohadón, una pelotita de goma para apretar.

Y una vez que esté tranquilo/a ahí intentar hablar de lo que despertó esa emoción, de la consecuencia de su acto y de las alternativas que podemos usar para una próxima vez. No hay que justificar las conductas que pudieron dañar a otros hay que repararlas con la disculpa y enseñar nuevas formas mas asertivas de manejar y de expresar esa emoción.

Hacer carteles visibles para recordar estas herramientas y valorar cada pequeño logro o avance en este camino de aprender a gestionar las emociones y tener autocontrol.

También Es bueno reconocer que las emociones tienen una intensidad. Identificar los siguientes conceptos en relación a determinada situación puede ayudar a los niños y las niñas a expresar sus emociones:

Muy

Medio

Poco

Debemos tener siempre presente que la activación de las emociones son procesos no voluntarios e inconscientes. La importancia en aprender a gestionarlas es que una emoción siempre se traduce en una conducta. Cuanto más asertivas sean esas expresiones mejor será la relación con el mundo que nos rodea.

Nuestro rol como adultos es acompañar y enseñar y hacer de las emociones una parte de nuestra vida y elementos fundamentales para relacionarnos con nosotros mismos, con la vida y con otros.

Porque sentir es una virtud, vivir la vida con el corazón es un privilegio.

María Laura Alonso

Estimuladora Temprana

@contactobylala

dearcos@fibertel.com.ar

Fuente Imagen: El portal del hombre

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