Duelando

Y así con el alma en pena, con los pies a la rastra para cortar el silencio de transitar el duelo.

Así nomas se anda con el correr de los días que parecen ayer cuando en realidad es hoy.

Haber vuelto al lugar de tu infancia donde se fue gestando tu vida y que un fulano, con genética compatible, cometa vandalismo con tus emociones, es la falta de respeto mas grande hacia quien le debes la vida.

Con los años comprendí todo aquello que me dolió y pude hacer mi despedida con las cuentas bien saldadas.

Pero lamentablemente cuando podríamos habernos afianzado, todo se termino

De todo lo que había, solo tome aquello que perdura en el tiempo, que son imágenes en un papel, que ayuda a saber de donde se viene.

Y que quienes vayan prolongándose a través de los años, puedan encontrarse en los rasgos de alguna que otra sonrisa.

Que las mudanzas irán tiñendo de ocre aquellas caras de los abuelos que alguna vez fueron nítidas, en ese blanco y negro de unos primeros flashes.

Y cuando todo el caos impacta ante la vista con un llanto explosivo y sin consuelo.

El alma se aquieta y se amiga porque me queda la paz de haber hecho lo correcto.

Y lo dignamente humano dejando de herencia a mis hijas los valores fundamentales que las harán buenas personas.

La vida es un camino que hay que saberlo transitar, aprender de los errores.

Empatizar con los sentimientos para que cuando llegue nuestro momento seamos tan sabios que nuestro paso haya transmitido lo suficiente para hacer la diferencia.


Después de la muerte nadie sabe que hay pero los terrenales creemos y nos aferrarnos que los que nos dejan de este lado siempre están vivos.

Espiritualmente y nos sentimos de alguna manera conectados.

Mi madre vivió a su manera, como pudo y ninguna cumplió la expectativa de la otra.

Pero si llegamos a comprendernos y siempre voy a estar agradecida por haberme traído al mundo.

Porque con miles de peleas y frustraciones, con errores y virtudes la vida siempre seguirá siendo maravillosa.

Y aquí todo se queda saldado para que a la hora de partir, nos vayamos tan desnudos como cuando llegamos, lo cual nos deja mas liviano el equipaje.

Liliana Almirón

@sexoybienestar

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