Cuando un paciente se va, en mi alma se hace un vacío.
Por distintas circunstancias se alejan nuestros caminos,
Pero quedan las huellas de sus pasos y los míos
Acompañándonos en gran parte de nuestro largo recorrido.
Cuando un paciente se va, repaso con mi memoria nuestras vivencias,
Su nacimiento, su desarrollo y los miedos y dudas que a los padres aquejan.
Aquellos logros que con ansiada esperanza se esperan
Y las frustraciones por expectativas que en ocasiones no se concretan.
Cuando un paciente se va, se va una familia detrás de él,
Es un nido q emigra en busca de horizontes mas sensatos,
Y en su viaje deja en mi el sabor agridulce de su partida
Y el anhelo de que lleven consigo, sus deseos y sueños innatos.
Cuando un paciente se va, revivo su llegada a mi consultorio.
Su pequeñez e indefensión en esos primeros momentos de vida,
Las primeras miradas q me dirigió, sus primeros pasos, sus medias palabras…
Hoy solo agradezco por darle a mi profesión innumerables momentos de alegría.
Dedicado a Martin, María José y Santi.
Familia que me eligen desde hace 3 años y en unas semanas viajan a rehacer su vida en el exterior.
Feliz viaje! Feliz vida!
Cecilia Verónica Basile
Médica pediatra
antobasil@hotmail.com