Criar desde la reflexión

Ejercitar la reflexión como madres, como padres.

Poder pausar y no reaccionar desde el cansancio, agotamiento, prejuicios o construcciones de cómo deberían hacer las cosas o comportarse nuestros hijos.
Observar a nuestros hijos… profundamente.
Conectarnos con ellos.
Abrir nuestra mirada, no concluir sólo observando lo que está pasando en la superficie, y reaccionar desde comentarios que generan en nosotros y ellos malestar afectado la relación. Principalmente cuando esto ocurre como patrón, repitiéndose cada vez.

“Llora otra vez..no soporto. Te dije que..”
“Me contestas mal no ves más tele.”
“Seguís peleando con tu hermano.., sos egoísta!”.

A lo largo del desarrollo el/la niño atraviesa muchas situaciones emocionales que requieren la ayuda/ para aprender a regularse por parte de sus cuidadores.
Si estas situaciones no son resueltas de manera favorable ese niño internalizará que el problema es suyo, y no de sus cuidadores.
Debido a la fase egocéntrica y a que perciben a sus ma/padres perfectos,  se atribuirá la culpa de no haber resuelto el conflicto o la situación emocional. Y obviamente tomará la “etiqueta” que hace mención a su andar por la vida como propia.
“Soy un tanto/a”
“Soy egoísta”

Entrar en su mundo, comprender y desde ahí establecer un espacio de seguridad donde pueda gestionar, transitar las diferentes dificultades que pueda presentar en su desarrollo.
Cada comportamiento tiene un significado único en cada niño. Si pudiésemos comprender esto podríamos acompañar facilitando y ayudando a que desarrollen los recursos / habilidades que necesiten.

Lic. Belinda Tancredi /Prof Patricia Chujman 
@APRENDIZAJEYBIENESTAR 

Fuente imagen: El comercio Perú

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