Una fuerza poderosa habita en ella

Ella vino a verme, a contarme que le estaba pasando, a pedirme ayuda, a pedirme que la escuche, que la acompañe en este momento que le toca transitar.

Su rostro no era el de todas las semanas, esta vez algo nuevo le sucedía.

Entra a la consulta con un vestido con flores, se asoma su bella panza, estaba transitando el séptimo mes de un embarazo, muy deseado.

Ese embarazo llego a su vida para según sus palabras, cambiarla por completo, llenarla de luz, completarla, hacerla feliz, darle todo lo que ella soñaba, para aprender, para sentirse plena como mujer..

Siempre hablaba de eso, de su nuevo momento, de sus sueños, de sus miedos, de sus deseos, de sus cambios, de sus dudas, de su enorme felicidad y agradecimiento a la vida por ese regalo que le estaba ofreciendo.

Ese día al sentarse, entre lagrimas me dice, me voy a separar, me entere de algo que no soportaría, que no puedo dejar pasar.

Y me preguntaba, sabiendo que no tenia respuestas para darle, el porque le sucedía eso en ese momento tan único, por que justo cuando todo parecía estar perfecto, se derrumba.

La deje hablar, la contuve, y sola fue calmándose, acariciaba su panza y allí encontraba sola la paz que necesitaba para pasar este momento tan duro, que ambas sabíamos podría hacerlo.

No se fue de igual manera a la que llego, si bien la tristeza habitaba en ella, y seguro estará por un tiempo, ella sabia y sentía que ya no estaba sola, que alguien la esperaba, que solo había “alguien” en su vida de quien ocuparse, y hacer feliz. Y que ese ser que por ahora no conocía su rostro, aunque imaginaba noche tras noche ala costarse, pronto vendría a este mundo, para dale toda la luz que necesita, para juntos caminar y ser felices.

Ella sabia que era fuerte, quizá no lo sentía en ese momento tan particular, era todo muy reciente, muy inesperado, pero estaba segura de que quería, y esa seguridad no tenia precio, lograr saber que se quiere en la vida, es enorme y de una valentía inmensa.. Ella sabia que quería y que no en su vida. ¿Como lo sobrellevaría?, no lo sabia, pero si estaba tranquila, porque una fuerza inmensa, llena de luz, de colores, sentía abrirse dentro de su cuerpo.

Como si algo la sostuviese por dentro y no la dejara caer.

Recursos propios, tenia montones y en eso íbamos a trabajar las próximas semanas, pero esa fortaleza que su maravillosa panza le daba, se olía en el lugar, se percibía en su voz, se sentía.

Nos saludamos, y me dijo, de noche patea tanto, que no me permite ni dormir…  nos quedamos con esas ultimas palabras, cerré la puerta viendo como una pequeña sonrisa me regalaba ese día a pesar de todo.

Valeria Bronstain

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