Tengo 22 años, planee mi embarazo desde un año antes, me embarace en enero.
Todo mi embarazo fue perfecto, en totalidad lo normal de bonito lo normal de sueño todo muy bien ecografías mes con mes.
Disfrute mi pancita desde el día que me enteré asta la semana 33 dónde una ecografía nos dice que puede tener agua en su cabeza Hidrocefalia, tomamos cita con materno fetal su diagnóstico fue mielomeningoceles roto. Que se debió haber observado desde las 12 semana en los tamizajes. Pero nunca se vio, ya era tarde para una operación intrauterina. Mi hija tenía hidrocefalia, mielomeningoceles roto, restricción de crecimiento, no podían dejarla nacer en mi estado pues no cuenta con neurocirujano pediatra.
Viajo a valoración a otro estado y lo único que me dijeron fue tu bebé tiene muy poca posibilidad de vivir, no podrá caminar, moverse pensar, no tendrá como expresar sus sentimientos, será un vegetal. Vivirá de 3 meses a 3 años.
Era increíble como cambio todo de un momento a otro era mi embarazo perfecto, nadie dijo nada del problema de mi bebé y esos meses los disfrute aún más de lo inusual. Llegó el día de conocer a mi hija, fue una cesaría exitosa, (estuvo estuvo una semana en UCIN y 2 semana y media más en prematuros.)La conocí a los 3 días de vida era una pequeña cosita de 44 centímetros con un peso de 2500 gramos.
Entro a cirugía a los 4 días de vida para cerrar su mielomeningoceles. la primera operación salió excelente, la segunda era más delicada se trataba de poner su válvula de derivación. Las palabras de su neurocirujana fue: reza por qué no se infecte, tape o deje de funcionar.
Entro a cirugía y fueron las 2 horas más largas de mi vida pero salió bien, ahora tiene 3 meses de vida, no a tenido infección en su válvula, mueve sus piernas aunque muy poco y no tiene sensibilidad en sus pies. Pero sonríe reconoce, llora. Va en desarrollo como cualquier niña de su edad. Aún es largo el camino y falta superar muchas cosas pero vamos firme.
Gabriela Osuna Gerónimo
