Entrevistador: Siempre decís que el sentido común y la psicología van de la mano. ¿Por qué?
Yo: Porque el sentido común es esa lógica básica de la vida: ver lo obvio, decidir con coherencia, actuar de manera práctica. Y la psicología ayuda a que podamos aplicarlo de verdad, sobre todo cuando algo nos bloquea.
Entrevistador: ¿Y de dónde viene el sentido común? ¿Se nace con él?
Yo: No, no es algo que venga listo. Se va formando con lo que vivimos, lo que vemos en los demás, lo que nos enseñan y también con los errores que cometemos. Es como un archivo en la cabeza que se va llenando con experiencias, observación y aprendizaje.
Entrevistador: ¿Se puede entrenar?
Yo: Claro que sí. Lo hacemos cada vez que nos frenamos antes de actuar, cuando pensamos “¿qué sería lo más lógico ahora?”, cuando escuchamos a alguien con experiencia o cuando repasamos qué nos salió bien y qué no.
Entrevistador: ¿Y qué pasa cuando una persona no logra aplicarlo?
Yo: Pasa más seguido de lo que creemos. A veces hay “ruido” que interfiere: miedo, culpa, enojo, creencias viejas o simplemente estrés y cansancio.
Entrevistador: ¿Qué consecuencias tiene no aplicarlo?
Yo: Se tiende a repetir errores, a entrar en relaciones que hacen mal, a tomar decisiones impulsivas o a dejar que otros decidan por uno. No es que falte inteligencia, muchas veces falta entrenamiento emocional para acompañar lo que ya sabemos.
Entrevistador: Entonces, ¿cómo trabajarlo?
Yo: Creo que es importante estar dispuestos a ordenar ese “ruido” para que el sentido común que ya tenemos, pueda funcionar. Porque saber qué hacer es una cosa… y animarse a hacerlo, es otra muy distinta.
Entrevistador: ¿Por qué elegiste hablar de este tema?
Yo: Porque muchos saben lo que deberían hacer, solo que la mayoría no lo aplica. Además, pienso que no solo frena el crecimiento personal… también puede ser muy dañino. Nos deja en lugares, relaciones o hábitos que nos lastiman y nos hace creer que no hay salida, cuando en realidad sí la hay.
Conclusión: El sentido común es como una brújula: pero vivir ignorándolo es caminar con los ojos abiertos… pero sin ver.
Por: Josefina Posadas
Lic. en Psicología /MP 7221
Coach Ontológico Profesional


