Regalar Presencia

Seguramente en esta época del año, te encuentres buscando el mejor regalo que puedas darle a las personas que queres. Muchas veces perdemos de vista que hay un tesoro que todos tenemos al alcance, un tesoro invaluable, atemporal y orgánico: nuestra presencia.

Parece obvio, ¿no? Sin embargo, no lo es. La mayor parte del tiempo estamos sin estar. Nuestro cuerpo está presente pero la mente esta distante, distraída, vagando por tierras lejanas, atendiendo situaciones que nada tienen que ver con quien tenemos delante.

Nuestra presencia es un tesoro que solemos escatimar, olvidando que es básicamente lo que llena los vínculos que habitamos, les da alma.

Para estar presente se requiere de dos actitudes: intención y atención. No es posible generar presencia sin alguna de estas dos actitudes.

La intención es el motor, lo que nos trae de vuelta cada vez que nos alejamos, es el propósito de atender a ese otro que está delante nuestro y al que muchas veces solo le ofrecemos un cuerpo vacío. Atender plenamente es estar disponible.

La disponibilidad nada tiene que ver con quedar a “merced de” o a “disposición de”, es sencillamente escuchar, mirar, sentir con el cuerpo, la mente y el corazón a quien está a tu lado.

La presencia tampoco implica jornadas extensas de contemplación, se trata más de calidad que de cantidad. Vale más unos minutos de presencia plena que una jornada ausente.

Así que, a la hora de pensar en regalos preciados, ¿a quién le vas a regalar tu presencia?

Valeria Ormaechea

Lic. en Psicología

@puntodecalma

Fuente imagen: animalcare.com.mx

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