Pandemia Covid 19: lo que el distanciamiento nos dejó

Si hay algo que supe desde que comencé la carrera de Medicina, fue que la cercanía entre las personas (y no hablo solo de la cercanía física sino también de la cercanía afectiva, emocional) era fundamental para la salud del ser humano.

Cuando comencé la residencia de Pediatría, pude ver cuán importante y fundamental es el contacto entre el bebé o niño con su madre para lograr una recuperación mas efectiva y en términos mas cortos.

En neonatología se daba importancia (un poco menos que ahora, ya que estoy hablando de hace mas de 10 años atrás) al contacto piel a piel, a la necesidad del recién nacido de escuchar la voz materna… esa voz que lo acompañó durante todo el proceso de gestación, y ni hablar de poder sentir el calor de los brazos fraternales que arrullen a ese nuevo Ser que acaba de llegar a este mundo desconocido y frío.

Todo esto que nombro, y a lo cual se le esta dando tanta importancia e hincapié desde hace ya un largo tiempo, queda pausado ante la necesidad de hacer estrictos protocolos secundario a la actual pandemia que azota al mundo. Sin querer subestimar la gravedad de esta situación, no puedo dejar de ver la contracara que, a mi entender, reviste tanta gravedad como la pandemia misma.

Las palabras aislamiento y distanciamiento comenzaron a ser de uso corriente y cotidiano, pero los recien nacidos no conocen nada de estas dos cosas y muy por el contrario… son enemigos intimos de su desarrollo tanto a nivel neurológico como psicoafectivo.

En pos de seguir rigurosamente los protocolos que se generan y se modifican continuamente, hemos expuesto la salud mental de madres, padres y niños. Desde hace ya mas de un año, hubieron neonatos que fueron separados de sus madres apenas nacieron (por ser ellas Covid positivas) durante largos días e incluso semanas. Otros fueron separados luego de haber vuelto a sus hogares, y ante algún motivo de internación del neonato (Covid o alguna otra enfermedad) las madres no tuvieron permiso de visitarlos ni amamantarlos hasta q se cumplieran los días de tratamiento y luego se les diera el alta.

Los protocolos que se generaron siempre fueron en base a evitar la transmisión del virus Sars Cov 2, pero difícilmente se contemplo evitar otro mal mayor como la afectación de la salud mental de ese binomio, mama-bebé.

¿Es difícil llevar a cabo el aislamiento de mama/bebe dentro de un nosocomio dada la situación edilicia de los hospitales públicos de nuestro país? Sí, lo es.

¿Será sencillo poder tener en cuenta todas las variables que se ponen en juego en la situación de cada familia en particular? No, seguramente no lo será.

Lo que yo al menos sé, como pediatra… y como mamá, es que no puedo dejar de ver a ese niño/a como una persona que posee un conjunto de aspectos que se integran e interactúan entre si.

Al Igual que la salud, que se subdivide en “partes” pero no deja de ser una…. Así somos las personas.

No puede ser mas importante la salud física que la mental… o viceversa. No deberíamos dejar de pensar en la salud psicoemocional de ese binomio madre/hijo al decidir separarlos por tantos días para cumplir con un protocolo que nada tiene que ver con la realidad ni con la necesidad que ellos tienen.

Aislamiento y distanciamiento dejan de ser conceptos que nos protegen cuando atentan contra la naturaleza humana.

Lo que la pandemia nos deja en parte es la evidencia de la falta de empatía, y de la necesidad de desandar ciertos caminos para descubrir otros modos de Ser y de Estar, mas cercanos a la realidad ajena y mas abiertos a miradas mas integradoras.

Cecilia Verónica Basile

Médica pediatra 

antobasil@hotmail.com

@cecilia_cvb_pediatria

Fuente imagen: Infosalud

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