Intervenciones innecesarias en un parto

Hablemos de: Las Intervenciones innecesarias en un parto


En la nota anterior hablamos sobre las intervenciones que no son necesarias cuando una mujer ingresa a una institución médica, y como éstas llevan a un ciclo continúo en el que parto es medicalizado y hasta violentado. Titulamos a esta nota: Intervenciones innecesarias en un parto

La cascada de intervenciones tendría un ciclo que puede ser el siguiente:

Salimos de nuestro hogar donde nos sentimos protegidos y a salvo; la adrenalina entra en juego activando todas nuestras alarmas. Nos sentimos observadas, ansiosas, temerosas. De esta manera se inhibe la oxitocina.

Nos hacen acostar en una camilla y nos instalan un monitor para controlar las pulsaciones del bebé.

Así mismo, nos pueden llenar de preguntas antes, durante o después, las contracciones naturales (si todavía no nos han puesto oxitocina sintética) acostadas de espalda en un ambiente poco amoroso duelen más.

Los tactos vaginales son realizados con frecuencia, generando dolor y molestias. En este punto se rompen membranas (la bolsa) lo que aumenta el dolor.

Además, prohíben a la mujer beber y comer lo que genera malestar evidente.

El exceso de oxitocina (la sintética), altera el ritmo natural del parto. Más la posición acostada que limita el flujo sanguíneo hacia bebé, comienza a agotar sus reservas de oxígeno gradualmente. Bajan los latidos del bebé.

Si la mujer ha dilatado completamente, el parto en posición supina (acostada) dificulta la bajada del bebé. Así es como vemos que bajan más sus latidos, deben apurarse, se realiza maniobra de Kristeller, o fórceps o episiotomía (o todo junto)

Eso sería en caso que la mujer con todas estas presiones lograra dilatar completamente. En el caso que la mujer sienta una gran ansiedad y soledad, el parto puede quedar frenado completamente (es decir la dilatación no avanza). Esto significa practicar una cesárea de urgencia.

Más sobre: ¿A qué llamamos cascada de intervenciones? 2da parte

La familia agradece que se haya salvado al bebé. Así termina la cascada de intervenciones con la madre y comienzan las del bebé.

Al entrar a una institución tenés derecho a:

Estar acompañada durante el trabajo de parto, parto o cesárea.

A estar con tu hijo/a (COPAP)

También tenés derecho a ser tratada con respeto y mantener tu intimidad.

A que te informen sobre el desarrollo de tu embarazo y parto, y de tu estado de salud y el de tu bebé.

Si sufriste violencia obstétrica podés hacer la denuncia al: (011) 5300 4000 Interno: 76633 (de 10 a 17 hs)

Analía Soledad Mazzaro

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Dejanos tu mensaje