Habitar la(s) psicopedagogía(s)

Dicen que Winnicott escribió: “A mis pacientes que pagan por enseñarme…”. Los diccionarios se encargan de definir la palabra “psicopedagogía” como la rama de la psicología que se ocupa de los fenómenos de orden psicológico para llegar a una formulación más adecuada de los métodos didácticos y pedagógicos. Otras definiciones marcan que la psicopedagogía es la ciencia social que se encarga del estudio de los procesos de aprendizaje y la enseñanza. Hoy: Habitar la(s) psicopedagogía(s).

Y la verdad es que más allá de cualquier definición de manual, que por años las facultades y los institutos nos enseñaron a quienes nos formamos en este campo, a la psicopedagogía o a las diversas maneras de ejercer las psicopedagogías hay que habitarlas. Hay que poner el cuerpo ante ese niño, adolescente o adulto que llega a nuestro consultorio buscando ser alojado. Hay que malabarear respuestas y soluciones en los equipos de orientación escolar en los que nos encontramos.

Hay que ser faro, guía y también “la mano amiga” que te ayuda a buscar tu proyecto de vida en cada orientación vocacional. Podemos ponernos en el rol de detective ante el campo de la investigación y porque no capacitar, seleccionar personal en ámbitos empresariales. ¿Y de la psicopedagogía forense?. Que decir, todo un campo por descubrir.

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Cada 17 de septiembre, en Argentina, celebramos el Día de los y las Psicopedagogos/as. Y este año, más que nunca, específicamente en la provincia de Buenos Aires junto a la Asociación de Psicopedagogos de la Provincia de Buenos Aires (APPBA) solicitamos la creación de un colegio y una ley que regule nuestras prácticas. Ya que a tan hermosa disciplina no la podemos ejercer sin un título habilitante y una matrícula. No podemos ejercerla sin los requisitos legales que una profesión conlleva.

Psicopedagogos, cada septiembre, cada 17, cada día que elijamos habitar esta profesión y su multiplicidad de facetas no perdamos nunca de vista que debemos ver a la persona sin dejar el contexto fuera. Que debemos comenzar a hablar de convivir por sobre integrar/incluir, que la amorocidad no puede faltar y que el eje de la enseñanza hoy debe ser la centralidad de aprendizaje del sujeto, nunca el contenido.

Desandemos el camino que el aprendizaje no se puede construir en barreras.

Rosario Mastrángelo

Licenciada en psicopedagogía – MP:198.719

mastrangelob.rosario@gmail.com

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