Cuándo transitamos el camino de acompañar a otras personas desde el ámbito del desarrollo personal o profesiones de ayuda, resulta de gran importancia tener la plena consciencia de nuestras limitaciones, obligaciones y sobre todo incumbencia.
Tenemos que tener presente cuándo hacer una derivación a un profesional de la salud mental; a un médico especializado; a una puericultura especialista en lactancia. Y así con múltiples profesiones.
Pero qué pasa cuándo uno es el qué tiene que pedir ayuda.
Resulta muy complejo, pero en algunas ocasiones, solemos pensar que como puedo acompañar a otras personas, tenemos que poder con nuestras situaciones personales.
Es importante saberse humilde, congruente y en concordancia con nuestro rol, saber pedir ayuda a un colega u otro profesional es la oportunidad de ser incondicional con nosotros mismos.
Creer que podemos hacer nuestros propios autoprocesos (que en ocasiones es así) es querer engañarnos.
Al estar atravesados por la circunstancia, ser parte de ella, la emoción inválida nuestra posición de observador.
Nos acorta la visión de esa realidad que quizás no vemos.
Pedir ayuda, reconocer nuestras limitaciones es parte del proceso de autoconocimiento, es esa habilidad de sabernos limitados y entender que siempre hay un otro para poder darnos ese aire que buscamos; esa pregunta que no nos hicimos; ese escenario que no imaginamos y un sin fin de posibilidades.
Saber pedir ayuda es de valientes, es ir a esa sabiduría interior; es oír la voz de la intuición.
Creo en lo sincrónico del universo por eso sé que llegará el consultante o ese paciente que vos podrás acompañar, y si tenes que ser quién pide ayuda, no te olvides dejar colgado tu título profesional, y en honor a gran maestro cómo es C. Jung “Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”
Saber pedir ayuda es tan importante como saber darla!
Clr. Vanina Spiro
Contacto: 15-67189187
@maternidad.desde.el.alma
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Fuente Imagen: Vitonika
