Transitar y resignificar la perdida de un hijo

Hola!! Cómo estás? En esta oportunidad de volver a encontrarnos, te seguiré compartiendo como viví , sentí y experimenté una de mis más dolorosa y difícil pérdida, que me tocó atravesar, como fue la muerte de mi primer hija. Que luego pude re-significar y darle un nuevo sentido, cuando me recibí de Counselor y elegí especializarme en este tema, pudiendo ayudar y acompañar en su Proceso, a aquellas personas que pasen por una situación similar o por cualquier otra pérdida.

Me voy a enfocar en los días posteriores a esa noticia, ya esperando el alta de la clínica. Si lo deseas puedes leer la notas anteriores, para saber con más detalle lo sucedido.

Como dije anteriormente el Duelo es muy personal, es decir, el como enfrentarlo y las herramientas a utilizar, va a depender mucho de cada persona, al igual que el tiempo que necesite para transitar.

Siguiendo con lo narrado en la nota anterior, te comparto desde el momento que salí de la clínica, donde había pasado por una cesárea, estando todavía con todas las molestias y dolores por ello, y aún más, sintiendo el vació de mi hija que ya no estaba, tuvimos que seguir, con mi pareja, con los trámites necesarios. El tener que decidir que hacer, como proceder ante el cuerpito sin vida de Macarena, nuestra hija, seguía alargando nuestro sufrir, sin poder detenernos. Fue así que hicimos todos los arreglos necesarios para despedirnos nuevamente de ella.

Para mi pareja no era su primer hija, aunque también sentía dolor, seguro, pero tenía tal vez un sostén, (es lo que yo percibí y sentí en ese momento), que yo no lo tenía. Sumado a esto, él tenía que viajar en los próximos días por trabajo, y no lo podía posponer. Para mí era muy desconsolador, y desgarrador, sentir que había perdido una parte de mí, de mi anhelo, de mi futuro, de mi felicidad, de tantas cosas que no podría detallar, y no poder acompañarnos en estos momentos, era tal vez mas incierto, pero no estaba en mí , poder modificarlo. Estaba tan aturdida todavía, que no sabía lo que podía ser mejor.

Ante esto, sentí que necesitaba estar cerca de mi madre, ya que mi padre había fallecido hacía 6 años, y sería una forma de tener una nueva conexión y entendimiento con ella desde otro sentir, como madres.

Así fue, de común acuerdo, me quedé unos días en la casa de mi mamá . Los primeros días fueron inconsolables. Aunque también recibí momentos de contención, que me brindaba, una amiga de la infancia que vivía en frente, y a quién había elegido como madrina de mi hija. Pero todo lo que hiciera en esos días no recuperaba mi gran dolor, ni mi ánimo.

Por supuesto que nada fue fácil, ni para levantarme, poder hablar, comer, y darme mi tiempo cuando lo necesitaba. A veces me quedaba en la habitación sin querer tener contacto con nadie.

El apoyo Psicológico fue también muy importante para este momento, donde sentí contención, acompañamiento, empatía, entendimiento de lo que yo estaba sintiendo, donde entendí que era un camino tempestuoso, con altos y bajos. De a poco pude recuperar mi ánimo y aprendí a enfocarme día a día.

Solo poniendo mucho de mi, con voluntad de seguir y no dejarme vencer, pude avanzar.

Por mucho tiempo seguí sintiendo la injusticia de lo que me había pasado, siendo que había otras madres que abandonan sus hijos, algunas sin motivos aparentes y otras tal vez porque no lo podrían afrontar, o según ellas no le podrían dar un bienestar. Claro, que no soy quien para juzgar, pero en ese momento tan doloroso no entendía una explicación posible. Me acordé que me habían dicho que las emociones pueden volver y que son móviles, y en ese momento sentía impotencia y estaba enojada nuevamente, es un proceso que no es fijo, eso me decían.

En un momento me surgió la ilusión de adoptar, de poder dar ese amor que tenía reservado. Pero todo esto era una idea que rondaba en mi cabeza, e imaginaba, tal vez para sostenerme y avanzar. Sí, claro, tal vez esto me ayudó también. Aunque por otro lado sabía que no podría remplazar nunca ese lugar de vacío.

Entendí también que si nos quedamos anclados en preguntas que quizás nunca tengan respuestas, no avanzamos, y nos quedamos en ese lugar, a veces en siendo víctimas solamente, y ésta nunca fue mi idea. Así que, empecé a tomar fuerzas, con mucha más voluntad, aceptando, aunque sin entender totalmente, y así fue que luego sentí la necesidad de conectarme con otras cosas, situaciones, trabajo y personas, ya que me había dado el tiempo suficiente para mí, para detenerme, para sentir, para llorar, , para sufrir, para preguntar, para desesperar, para pensar y para empezar el camino a sanar, pero no olvidar.

Hoy puedo decir que me ayudó mucho en mi camino de este Duelo, tan difícil, en registrar lo que yo necesitaba, en respetar mis tiempos y no apresurar, en tener mis afectos cerca y contar con ellos. Tener un buen Profesional acompañando mi sentir, pudiendo encontrar algo parecido a un refugio, sin juicios, brindando herramientas para poder enfrentar mi dolor y de a poco ir transitando ese camino a mi bienestar y re- ubicar a mi hija, en mis recuerdos, vivencias, y dando un gran lugar en mi corazón.

Aprendiendo a vivir nuevamente, claro de manera distinta, ya nada sería igual.

Espero que pueda ser de utilidad lo que te comparto en esta nota, sino es para vos, para alguna persona cercana que haya pasado por algo similar. ¡¡Gracias!!

¡¡Hasta la próxima nota!! ¡¡ Saludos!!

Claudia Muñoz

Counselor

Especialidad en Duelos y Pérdidas

FB: counselor.claudia

Instagram; @counselor_claudia

claudia.m.06.04@gmail.com

Fuente Imagen: Etapa Infantil

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *