La pregunta clásica: ¿Cuál es el diagnóstico?

Tantos años de experiencia me llevan siempre a la misma conclusión la cual deseo compartir hoy, con los lectores, por medio de ésta nota. Hoy: La pregunta clásica: ¿Cuál es el diagnóstico?.

Considero relevante comenzar por una de las “limitaciones” resonantes y significativas que se repiten e impactan en el quehacer profesional, generalmente de modo negativo, y es cuando se presenta como interrogante la pregunta: ¿Cuál es el diagnóstico?

Intentaré ser lo más clara posible del porqué considero que la pregunta sobre el diagnóstico impacta, generalmente, de modo negativo. Principalmente cuando aún no se ha conocido al paciente y/o alumno. Pues al conocer el diagnóstico, quizá desde el inconsciente, el profesional trae de su memoria las características aprendidas (limitantes) por experiencia. La cual conlleva un prejuicio inherente a ellas. Nuestro cerebro restringe, de modo automático, lo posible de lo inesperado irrumpiendo la oportunidad de sorprendernos.

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Por lo antedicho, es que mi sugerencia involucra:

*El otro, como bien se define, es un otro diferente de mí. Lo que sucede con todas y cada una de las personas, sin importar edad, origen, clase social, religión ni condición.

*Si llegara a presentar un diagnóstico: no saberlo, no preguntar.

*La idea es habilitarnos a “conocer”, evaluar, observar, y lo que consideremos pertinente, sin anticipación “prejuiciosa”.

*Lograr pesquisar su particularidad. Además de los patrones de comportamientos, Fortalezas, debilidades, gustos e intereses.

*Cada una de estas sugerencias que ofrezco como significativas va a brindarnos la posibilidad de invitar a la “sorpresa”, lo inesperado y es tan sencillo como no saber la respuesta a la pregunta de ésta nota.

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Lic. Ferreiro, N. Vanesa