LICENCIA POR PATERNIDAD

Una deuda urgente

            Muchas veces tuve la oportunidad de analizar las licencias laborales existentes en nuestro ordenamiento jurídico laboral y siempre enfaticé  la deficiente protección legal que existe actualmente a la maternidad, la lactancia y la crianza.

            Ahora bien, si nos detenemos a analizar específicamente la licencia por paternidad reconocida por nuestra Ley de Contrato de Trabajo, seguramente sentiremos una mezcla de bronca, impotencia e indignación.

En el ámbito privado, la legislación vigente otorga 2 días de licencia al varón por nacimiento de hijo. Esta licencia nunca se modificó desde que la Ley de Contrato de Trabajo entró en vigencia en el año 1974.

En muchos casos, a los 2 días del nacimiento, ni siquiera madre/bebé están de alta. Es por ello que, en la práctica, algunos hombres optan por utilizar sus días de vacaciones en este tiempo para poder estar presentes al menos unos días más.

Debemos destacar que el acotadísimo plazo de licencia por paternidad no sólo perjudica al varón, quien se ve limitado y privado de ejercer su rol paterno y de adaptarse a la nueva dinámica familiar, sino que además sobrecarga muchísimo a la mujer devenida en madre en pleno puerperio inmediato, con todo lo que eso implica, haciendo frente, de manera exclusiva, a las necesidades del recién nacido. 

Pensemos en los primeros días luego de la llegada de un hijo, la vuelta a casa, los controles pediátricos, los trámites, las nuevas rutinas, los sentimientos encontrados, la recuperación física de la mujer, la casa y una nueva vida en puerta que no avanza al mismo ritmo que nuestra capacidad de adaptación.

Claramente no sería el mismo escenario si el varón tuviera posibilidad de ejercer su rol y atender las necesidades familiares.

Asimismo, si realmente buscamos promover  la participación de los varones en las tareas de cuidado, a fin de evitar una mayor feminización de este trabajo, es necesario que exista un adecuado régimen de licencias tanto para mujeres como para varones. No nos olvidemos que si efectivamente logramos extender la licencia por maternidad, también corremos el riesgo de que muchas mujeres no sean contratadas por aquellos empleadores que pretendan evitar otorgar las mismas; por lo tanto, se torna urgente que los varones también accedan a este régimen de licencias, a los efectos de combatir la discriminación a las mujeres en los ámbitos laborales.

En cuanto a este último punto, considero que el establecimiento de un adecuado régimen de licencias por paternidad, también es una cuestión de género, que además de lograr un reconocimiento al rol paterno en el cuidado de los hijos y el acompañamiento a su pareja devenida en madre, también serviría como recurso contra aquellas conductas discriminatorias a las mujeres en donde en ciertos ámbitos no son contratadas por el “temor” a otorgar las licencias por maternidad. Equiparar derechos en este aspecto será una buena herramienta para combatir la violencia laboral contra las mujeres.

Afortunadamente existen proyectos de reforma para que se extiendan las licencias por paternidad y así favorecer un nuevo paradigma superador que sea coherente con las necesidades sociofamiliares actuales.

Dra. Viviana Tabaj

Abogada

vivianatabaj@hotmail.com

@maternidadyderechos

Fuente Imagen: La aldea informativa

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