Ahí estas, sabemos que estas, aunque todavía no te siento.
Pensar que comenzaste a gestarte antes de que te hicieras presente físicamente.
Te gestaste cuando decidimos dar vida, estar abiertos a la vida.
Te gestaste desde que pensamos un nombre.
Te gestaste en nuestra fantasía e imaginario.
Te gestaste cuando era niña y ya jugaba a Ser Mama y a dormir a mis bebotes, y así construía mi ideal de madre, ideal por supuesto, pero tan necesario.
Con solo pensarte y proyectarte ya te fuimos dando un lugar en nuestro interior, un nuevo espacio.
Ese espacio lo ocupas ahora físicamente dentro mío.
Los cambios se van notando levemente y te haces presente con movimientos burbujeantes.
No son solo cambios físicos, mi mente y mi interior también se van transformando, cambiando para recibirte.
¿Me pregunto si podre, como seré como Mama?
La sensación es de estar viviendo en dos mundos, mi mundo interno con vos, imaginándote, fantaseándote, y donde mis intereses, motivaciones y prioridades van cambiando. Y un mundo externo que demanda, que observa, que espera, donde hay actividades y tareas por realizar.
Vamos dándote lugar, yo corriéndome del lugar de hija, para llevar a cabo la tarea de Ser Mama, mientras vos mes a mes te vas haciendo notar más y ocupando tu lugar de hijo.
Mi cuerpo comenzó a prepararse y anuncio unos días antes tu llegada.
Y ahí estabas tibio en mis brazos, en nuestros brazos tan ansiosos por sostenerte, contenerte, cargados de afecto y sentimientos nobles y agradeciendo y maravillándonos por el don de la vida.
También adaptándonos a tu llegada, descubriendo, aprendiendo y conociendo tus necesidades, como también las mías, porque me encuentro distinta, me siento distinta, pero dando paso y lugar a las prioridades y experiencias mientras te vemos crecer dejando de lado lo ideal y conectándonos con lo que Sos.
Lic. Sofía Ciranna
Psicóloga
Asesora en Lanctancia
sofiaciranna@gmail.com
@mamacanguro.tl
Fuente imagen: Ser Padres
