No es noticia como las pantallas influyen en nuestra vida cotidiana. Y y que está muy bien aprovechar las ventajas que nos puedan dar. Como por ejemplo, posibilitarnos sostener un vínculo con familiares o amigos que viven a kilómetros de distancia. Y ni hablar del hecho de haber podido sostener nuestro trabajo online que se instaló en la pandemia. Y aún hoy continúa posibilitándonos atender y ayudar a personas en cualquier lugar del mundo. Por otro lado, es importante estar al tanto que un mal uso o un uso excesivo de las mismas puede generar trastornos del sueño, de la alimentación. Como también, trastorno del estado de ánimo y aumento de la ansiedad, entre otras cosas. Hoy: La vida más allá de las pantallas.
Lo que me motivó a escribir y refexionar sobre cual es nuestro lugar como adultos de referencia de niños, niñas y adolescentes fue observar cómo en un restaurante varias familias estaban inmersos en su celular o tablet sin interactuar entre ellos. En un momento donde todo parece salir de nuestro control y la necesidad de estar ¨permanentemente conectados¨, produciendo y siendo exitosos necesitamos más que nunca parar un momento y pensar acerca de las necesidades de los menores y adolescentes. Brindarles allí, como adultos de referencia el tiempo de calidad y atención que requieren para desarrollarse saludablemente.
Es decir, participar de sus procesos de aprendizaje y enseñarles también que cada uno tiene su propio ritmo para aprender. Y que eso está bien, conocer sus habilidades y ayudarlos a potenciarlas, interactuar y jugar con ellos solo para divertirnos juntos.
Mostrar interés por sus pasatiempos y sus amistades. Como así, ayudarlos a expresar así como comprender y gestionar sus emociones y demostrarles con afecto lo que sentimos hacia ellos.
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Enseñar con el ejemplo y no olvidarnos que somos referentes importantes en el desarrollo de valores, actitudes y comportamientos. Es importante, entender que los límites sin violencia son saludables y amorosos. Comprendamos que los niños tengan momentos de aburrimiento también forma parte de un desarrollo normal y esperable y que ese mismo aburrimiento es e que los estimula a desarrollar su creatividad y tolerar la frustración.
No olvidemos que los momentos que nos quedan grabados en la memoria son aquellos que forman parte de un recuerdo que se guardó en la memoria ligado a un afecto.
Aquella charla que tuvimos con mamá y nos alivió en un momento de angustia. O aquel momento en que nos reímos jugando a un juego en familia, aquella vez que nos sentimos cuidados. Cuando hoy recordamos a alguno de nuestros adultos referentes que aunque llegaban cansados de trabajar siempre tenían un rato para preguntar cómo nos fue en el cole o para sentarse a jugar.
Es momento de volver a compartir con los pequeños tiempo de calidad, porque eso es lo que van a atesorar para su vida adulta.
Dra Julieta Kacir
Médica Psiquiatra Infanto Juvenil
MN 120673
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