Fiebre en pediatría

La fiebre se define como el aumento de la temperatura corporal en un juego entre mediadores endocrinológicos e inmunnológicos, el registro de corte es de 38 grados a nivel axilar. De esta manera podemos diferenciarla de la hipertermia ocasionada por el golpe de calor que se da por un aumento de la temperatura corporal por otros mecanismos físicos.

La fiebre es ocasionada por varios estímulos estresantes, los más importantes son los gérmenes, estos pueden ser bacterias y virus principalmente, así como también hongos, parásitos y otros. El fin de este aumento de temperatura es combatir a estos gérmenes y otros factores estresantes, por lo que podemos concluir que la fiebre no es mala y nos ayuda en la batalla contra lo que nos aqueja.

La sintomatología que puede manifestar una persona con fiebre son decaimiento, dolores musculares y articulares, falta de apetito (anorexia). En algunos casos previo al aumento corporal de la temperatura pueden presentar escalofríos.

Es importante destacar que la magnitud de la fiebre no predice el riesgo de presentar una infección severa, pero si es importante tener en cuenta los grupos etarios, es decir, todo menor de 3 meses con fiebre debe ser llevado a la guardia para ser evaluado ya que fisiológicamente su sistema inmune es inmaduro. No obstante, los mayores de 3 meses en caso que presenten signos de un posible deterioro clínico también ameritan una atención inmediata.

Cuando se presenta sintomatología y la persona que tiene fiebre se siente mal, sin apetito y con menos energía para realizar su vida cotidiana se puede indicar tratamiento antipirético. El fármaco a utilizar debe ser consensuado entre el pediatra y la familia en base al cuadro clínico y los antecedentes. Se puede administrar ibuprofeno, paracetamol o dipirona en cualquier presentación ya que lo que varía es la concentración del fármaco. Se pueden administrar cada 6 a 8 horas según requerimiento.

Lo más importante es buscar y encontrar (en lo posible) el foco que ocasiona la fiebre, de esta manera podremos orientar un tratamiento del cuadro y orientar las pautas de alarma a tener en cuenta según la evolución.

Por último, lo más importante a tener en cuenta al alta del paciente son las pautas de alarmas como fiebre persistente por más de 48 horas y de difícil manejo, dificultad respiratoria, irritabilidad (que llore mucho y no se consuele), somnolencia (que no pueda despertar), vómitos, diarrea continua, convulsiones y la sensación de que el niño o la niña se encuentre mal (muy importante la observación de los mapadres).

Muchas gracias a todos y todas por leerme, soy Patricio Cascallar pediatra y emergentólogo del Hospital Dr Diego Paroissien de La Matanza, soy instructor PALS de la Sociedad Argentina de Pediatría y pertenezco al comité de Emergencias y Cuidados Críticos de ella, doy talleres de RCP y primeros auxilios para comunidad.

Patricio Cascallar

MP 334833

@pediatrapapa

pcascallar@yahoo.com

Bibliografía:

El niño de 0 a 36 meses con fiebre sin foco en el área de emergencias; Latella A, Rino P. ECCri modulo de enfermedades infecciosas, Año 2019.

Fiebre en el niño mayor; Flynn LP. Pronap 2015, capítulo 2, módulo 3.

Fuente imagen: Ser Padres

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