Evaluar en infancias. Primera intervención en el desarrollo

En los últimos años el concepto de evaluación ha cobrado auge en el ámbito clínico. Esto se debe en gran medida al conocimiento más exhaustivo que se tiene del neurodesarrollo y el concomitante interés que ha despertado la intervención y estimulación temprana. Esto no ha sido un camino fácil, e incluso hoy en día no lo es. Titulamos a esta nota: Evaluar en infancias. Primera intervención en el desarrollo.

¿Qué es evaluar?

En sentido amplio evaluar es valorar a una persona a través de la percepción (sentidos y mente) y estimar su desempeño en diferentes áreas. Etimológicamente evaluar se relaciona con apreciar, y apreciar está vinculado con el afecto. Por ende, podríamos decir que evaluar lleva consigo la idea de un proceso mediado por el afecto y la empatía hacia el otro.

Evaluar implica en proceso de conocimiento de ese niño o niña que ha asistido al consultorio. Como así de sus contextos, de su trayectoria educativa si es que ya la tiene, entre otras cuestiones. Y a consecuencia, una evaluación nunca podrá ser otra cosa que no sea personalizada, dado que estará centrada en esa persona, en su perfil y en su singularidad, con lo cual nunca un proceso de evaluación será idéntico a otro, independiente de que, por ejemplo, se hubiesen utilizado las mismas herramientas, ya sean cuantitativas o cualitativas.

¿Cómo evaluar un cerebro dinámico?

Los desafíos que presenta la evaluación en primera infancia son un tema de debate vigente entre los profesionales de la salud. Los progresivos avances científicos sobre el neurodesarrollo junto con el protagonismo que ha cobrado la detección temprana requieren mayores esfuerzos por parte de las personas dedicadas a esta área. Las implicancias que la evaluación tiene en las intervenciones a realizar y el pronóstico sobre el desarrollo de un niño o niña cobran relevancia al ser entendidas a la luz de dos conceptos principales: neuroplasticidad e intervención temprana.

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Sabemos que la gran plasticidad que nuestro cerebro tiene para aprender en los primeros años de vida constituye el principal motivo en el cual se basan las intervenciones tempranas. Para poder intervenir debemos tener un para qué, y ese para qué es resultado de una valoración concreta y empática del desarrollo. El conocimiento del neurodesarollo y de las evaluaciones e intervenciones disponibles hoy en día, nos permitirán aprovechar la neuroplasticidad , diseñando un plan de acompañamiento ecológico que nos permita potenciar la capacidad de cada niño y niña.

El desafío actual

El desafío a la hora de evaluar en primera infancia radica en la posibilidad de generar miradas superadoras de los dualismos y reduccionismos históricos. Entendiendo a las infancias de manera integral, pudiendo valorar diferentes variables, como la psicoafectiva, la neurobiológica y neuropsicológica. Para consolidar desde ese lugar una práctica absolutamente ecológica, empática y potenciadora, resaltando las capacidades de cada individuo y brindando oportunidades para cada aprendizaje.

En este sentido posible afirmar que la evaluación en primera infancia es un proceso fundamental por su valor como primera intervención, la evaluación será el punto de partida sobre el que luego se planificará un esquema de tratamiento estratégico. En el cual se aborden los desafíos del sujeto tomando como eje sus fortalezas. Además, una evaluación nos dará elementos para valorar el impacto de la intervención, por lo que evaluación y tratamiento son continuos de un mismo proceso.

Lic. Longo Jessica Yamila

Lic. En psicología 

Neurodesarrollo / Evaluaciones

Neuropsicologia infantil

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