Conforme van creciendo nuestros hijos, sería adecuado revisar nuestros roles de mamá y papá frente a ellos. No es lo mismo ser papá o mamá de un bebe, de un niño/a de 3 años, de un niño/a de 6 años, de un/a adolescente, así como tampoco será lo mismo ser padres de un hijo adulto de 30 años.
La vida es un dinamismo continuo de quienes somos, de nuestras realidades y situaciones internas y externas, con lo cual el límite es un recurso que se construye día a día en función de lo que necesitamos, de lo que es posible y la vida nos va marcando.
Bajo esta mirada es un sano recurso de vez en cuando preguntarnos ¿Qué requiere la crianza y educación en todos los sentidos, de mi hijo/a en este presente?
¿Cuál seria hoy el lugar y el modo mas saludable de acompañar a mi hijo/a en esta etapa de vida?
Esto es posible articularlo y llevarlo a nuestra vida y a la de nuestros hijos, solo si podemos hacer contacto interno y externo con quienes vamos siendo, aportando claridad en nuestras propias necesidades y límites con este adulto que hoy soy. Acompañar y sostener al otro, requiere ante todo acompañarnos y sostenernos a nosotros mismos. Desde allí aparece la compañía genuina hacia nuestros hijos.
Pensar al límite como aquel que cuida de nosotros como individuos y a la vez aquel que muchas veces debemos trascender para crecer y expandirnos.
Te invito a reflexionar y construir juntos nuevas maneras y posibilidades.
Jimena Paola Sanchez
Psicóloga
Psicoterapeuta Gestáltica
Facilitadora en Constelaciones Familiares
Psicogenealogía
0341-153073436
@psijimenasanchez
ps.jimenasanchez@gmail.com
Fuente Imagen: Arimunani